Si te respetas lo suficiente, aleja eso de tu pizza. Ni se te ocurra pedirla con alguno de estos ingredientes, y mucho menos echárselo tú si haces tu propia pizza.
Pasta
Lo primero, si la pizza es pasta o al menos en esencia trigo, no eches más pasta. Es complicado de ver pero alguna vez se ha visto este atentado.
Queso en demasía
No nos referimos a que no eches sino a que no la conviertas en Suiza, es decir, montañas y montañas de queso que anularán el resto de ingredientes.
Huevo
No, a ver, ¡no! Cada uno por su lado. El huevo, en cualquier vertiente, sea cocido o frito, no pinta nada en una pizza, pero nada de nada.
Piña
Tiene sus seguidores (como todo) pero en Italia será un sacrilegio que eches piña a la pizza, o piña o cualquier fruta jugosa. Respeta los tempos de la comida.
Cosas verdes
Olvida tus tendencias proverde durante esta ancestral receta y no metas ni lechuga, ni espinaca, ni mucho verdor.
Algo frito
Otro de los enemigos declarados de la pizza son los fritos, así que haz el favor de alejar nuggets, fingers o varitas de la pizza.
Salsas experimentales
Y olvídate de echar salsas raras a una pizza. Base de tomate y en el peor de los casos, una capa de BBQ pero bechamel, mayonesa u otros inventos, ni en pintura.
Semillas/frutos secos
La pizza debe crujir por sí sola sin provocar que ningún comensal pierda un diente, así que kikos, almendras u otros frutos secos quedan descartados.
Algo dulce
Ni chocolates, ni bombones, ni caramelo ni nutella; la pizza no es dulce. Punto.