El verano y sus vacaciones ya vienen en camino. Una gran mayoría ya está armando los planes para salir del caos citadino y presumir el cuerpo.

Pero si tú no saldrás, sabrás de estos placeres de los que hablamos.

Metro y camiones relajados

Qué frescura es el sentir menos llenos esos vagones y hasta encontrar un bendito asiento.

Tu bici, el rey del asfalto

Una de las cosas más agradables tanto ambientalmente como para tu paciencia en un camión y/o coche es el hecho que el tráfico disminuye. Para los conductores de bici mejor aún, haz tu propia conquista de calles que durante el resto del año son más bien una autopista y pedalea todo lo que el calor te permita.

Museos sin tantas colas

Está claro que si vives en una ciudad nadie te va a quitar tu ración de turistas si quieres ir a ver una exposición, pero cuentas con una menos de vecinos tuyos haciendo cola. Además los museos suelen preparar buenas exposiciones para cubrir el hueco veraniego, muchos de ellos con actividades que te hacen huir del calor en un entorno genial.

Pistas y barras de bar con más espacio

Si decides salir una noche a quemar las pistas de baile, podrás ver que estas están mucho menos congestionadas, puedes bailar con tus amigos más a gusto, evitando los molestos empujones o que te tiren encima bebida. Tampoco vas a pasarte parte de la noche esperando a que el camarero te atienda en busca de tu cubita o refresco.

Los pueblos mágicos de los alrededores, escapaditas turísticas

Sólo con echar un vistazo a lo que rodea la ciudad, encontrarás una buena excusa para salir de casa a unas dos horas de camino como máximo, una forma de salir de la rutina y volver el mismo día a casa. Fácil, barato y sin demasiadas complicaciones.