El sonido de la lluvia es un sonido que genera un estado de tranquilidad en la mente. Tanto es así que se usa en terapias cognitivas para calmar al paciente. Pero, ¿a qué se debe?

Los sonidos intensos o irregulares generan en la mente un estado de alerta, de peligro. Esto ocurre con los rayos de la tormenta o los golpes de las olas muy grandes contra las rocas. Sin embargo, los sonidos repetitivos y de intensidad suave producen el efecto contrario. Al no haber alteraciones, la mente se acostumbra al sonido y sabe que todo irá igual, que todo está en calma.

Por ello, a mucha gente le ayuda escuchar estos sonidos, como la lluvia o el oleaje suave, para conciliar el sueño o simplemente calmarse.

Los líquidos se adaptan a las formas con las que chocan, por ello no producen sonidos estridentes. De ahí que se usen en baños, saunas y termales. Y esto tiene otra explicación evolutiva. Antes, cuando se podía escuchar la calma de la naturaleza era porque no había peligros ni elementos externos de los que preocuparse.

La explicación de que la lluvia ayude a dormir por ser un sonido suave y repetitivo también es aplicable a otros sonidos similares, como son los ventiladores o incluso la televisión a un volumen bajo.