Son como los prólogos de los libros, pero mejores.

Watchmen

La adaptación de Zack Snyder al clásico de Alan Moore siempre será asunto de discusión. A varios años de su estreno, ha recibido dardos de los puristas y flores de los villamelones, pero en cualquier caso, existe una suerte de común acuerdo entre ambos bandos: hay poco o nada que reprocharle a la producción, y el montaje de los créditos iniciales es una belleza. Arranca como segunda secuencia y con los acordes de “The Times They Are a-Changin'”, una canción de Bob Dylan que queda como guante a la revisión de los hechos que sostuvieron (o sacudieron) el tinglado americano, desde la Segunda Guerra Mundial a la -ficticia- reelección de Nixon. Vemos, cocinada a fuego lento, la historia de los Minutemen y su injerencia en el triunfo sobre Japón, en la crisis de los misiles y en el asesinato de Kennedy. Vemos también la caída sistemática de esos paladines y el ascenso de los Watchmen, cuya historia queda servida en bandeja de plata. La única carencia en este gran lienzo de Neil Huxley (responsable de los títulos) es el señor Alan Moore.

Snatch

Los créditos iniciales de Snatch (2000) corren tras un epílogo protagonizado por Benicio del Toro, quien cede los focos a un gran elenco: Dennis Farina, Brad Pitt, Vinnie Jones, Jason Statham, Alan Ford y un respetuoso etcétera. Cada uno desfila enfundado en su respectivo personaje y con una tarjeta de presentación diseñada por Ian Cross. La secuencia, además de ser una herramienta introductoria, necesaria en una peli con semejante dramatismo, brilla por su banda sonora y termina de asentar el ritmo vertiginoso de Guy Ritchie, que a pesar de su neurosis siempre obsequia momentos entrañables y personajes para el álbum familiar.

También te puede interesar: Las películas de Marvel menos taquilleras de los últimos 10 años

Psycho

Alfred Hitchcock construyó el pedestal sobre el cual descansa la madre de todas las películas modernas de suspenso. Bernard Herrmann firmó la partitura del tema principal; el compositor de cabecera de Hitchcock, y autor de bandas sonoras de renombre (Citizen Kane y posteriormente Taxi Driver) desnudó a su orquesta y la dejó con las puras cuerdas.

SE7EN

A diferencia de otros thrillers, en los que el espectador cuenta con cierto período de gracia para aclimatarse al tono de la peli, la de David Fincher aterra a las primeras de cambio. La secuencia de créditos hace las veces de prólogo, mejor dicho, de antesala al averno. No le vemos el rostro, pero sabemos que la pantalla alberga a un ser maligno que se rebana las yemas de los dedos a golpe de Nine Inch Nails, cuya “Closer” (bueno, el remix) forma un tándem terrorífico con los diseños de Rebecca Ramsey.