Oscar Wilde decía que la única manera de librarse de la tentación es ceder a ella. Sin embargo, cuando está en juego una orden de tacos o una hamburguesa, el angelito y el demonio que llevamos dentro hacen mucho daño. Al final, parece fácil autoconvencerse de que 500 calorías consumidas en cuestión de diez minutos no es tan malo, pero la verdad es que llegar hasta ahí y superar el sentimiento de culpa conlleva un complejo proceso que incluye todos estos pensamientos: