En algún punto de nuestra vida esa terrible lista de pendientes se llenó por completo y comenzó a generar una tensión similar a la que vive cualquier protagonista en película de terror.

Sientes nervios, miedo y la adrenalina correr. Tu cerebro se bloquea y en verdad no sabes ni por dónde comenzar ante tanta carga de trabajo.

Ahí es justo cuando deberías detenerte y hacerte estas tres vitales preguntas.

¿En verdad necesito hacer esto ahora?

La mayoría de las veces la respuesta es un “no”. Siempre se puede encontrar alguna cosa con menor prioridad que puedes dejar para después. Siempre con la clara idea de que debes hacerlo para que no se junte con otras tareas próximamente. Enfocate únicamente en lo que genera más presión.

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¿De verdad quiero hacer esto ahora?

Aunque sabemos que la mayoría de las veces no tenemos la oportunidad de elegir si quieres o no, esta pregunta sirve de mucho.

Si tienes un deadline, hazlo. Si no, pregúntate si en verdad lo quieres hacer. De una forma u otra, tú sabes qué es lo que quieres hacer y a qué estás dispuesta/o a entregarle tu energía.

¿Por qué estoy haciendo esto?

Pregunta bastante importante que te aclara el panorama y te sirve para dos cosas: una gran motivación que te aclare la mente y te permita enfocarte en terminar, o bien; en darte cuenta que estás desperdiciando tu tiempo y energía en algo que no te llena completamente hacer.