Ya lo veníamos escuchando, algunos monstruos que ya la vieron gracias a torrents de Internet nos lo han avisado y los Golden Globes nos lo confirmaron; parece que La ciudad de las estrellas será lo mejor que veremos este año y no podemos estar más emocionados.
Para hablar de ella e intentar explicar lo que ha estado en boca de muchos, debemos empezar por su director: Damien Chazelle, un joven que ya nos demostró su potencial con Whiplash (2014) y que regresa con madurez a mostrarnos la historia de dos jóvenes ambiciosos que quieren triunfar en el mundo de las artes.
Pero Chazelle toma todo lo que ya hemos visto, lo destruye y se aventura a realizar un musical. Y el resultado no es únicamente personal, el joven director logra reivindicar a este difícil género que se fue perdiendo con el paso de los años.
Pero la razón que la ha llevado a la cima es muy sencilla: ser una película atrevida y pasional que cuenta las emociones de forma ambiciosa y novedosa. Ya lo decía la propia Emma Stone cuando recibía el premio a mejor actriz protagonista en la categoría comedia o musical: “es una película para soñadores”. La La Land tiene ritmo, color, la belleza de un musical y una vitalidad narrativa absorbente, pero sobre todo, cuenta con un magnetismo especial, que sacude al espectador como si estuviera en una montaña rusa entre la melancolía y el optimismo.
Al igual que sus protagonistas, Ryan Gosling y Emma Stone, el público danza por las calles, mientras vive una dicotomía entre los sueños que quedan por cumplir y las debilidades del deseo. Y es que la multipremiada película cumple con todos los requisitos para triunfar.
Hemos iniciado el 2017 de la mano de La La Land y parece que es lo mejor que nos pudo haber pasado.
