Seguro que tú también eras una monada de pequeño y ahora sufres a diario que la magia se te fue.

7 Ver los álbumes de fotos y preguntarte qué has hecho con tu vida

Las drogas, el alcohol, los cheetos o los huevos kinder. Todo ha contribuido para que ese de las fotos que se supone que eres tú, parezca de otra familia. Si sigues con esa proyección, a los 30 sospecharás que tu madre es Lyn May.

6 Pensar que tenías que haber aprovechado más

Si eres un hombre, tu intento de capturar los 150 pokémon hizo que ni te fijaras en las niñass, nunca lo volverás a tener tan fácil para ligar. Si eres una chica… hiciste lo que pudiste, la culpa es de tus padres por no llevarte a castings de anuncios y series.

5 Desear volver al pasado constantemente

Y que venga el amigo del niño que te gusta a decirte que al wey que te gusta… le gustas.

4 Que vean una foto tuya y te digan eso de “¿Pero esta eres tú?, que guapa, no te pareces nada”

Y encima lo dicen todo convencidos. Luego se dan cuenta de que te han llamado fea a la cara y viene el: “A ver, que sigues siendo guapa, pero…”

3 Que alguien te diga lo de “¿Sabes que los que son guapos de pequeños luego son feos?”

Y eso lo dice un estudio de Harvard, si no te lo crees mira lo que le pasó a Natalie Portman, que de pequeña era muy guapa pero mírala luego…

2 Que tu abuela cambie el “cada vez estás más guapo” por el “cada vez estás más alto”

Aunque hay una cosa que nunca cambiará, aunque peses 300 kilos nunca dejará de decir lo de “Estás muy delgado, no comes nada”.

1 Que tu madre le diga a todo el mundo: “De pequeño se parecía más a mí, ahora se parece más a su padre”

Y que tu padre diga lo mismo pero al revés.