Esa máquina que te lleva de un lugar a otro, es en realidad una caja de experiencia únicas a la que le debes agradecer mucho.
La sensación de libertad y el espíritu del Checo Pérez que te inunda cuando agarras el coche por primera vez tú solo
La cara que se te queda cuando alguien te pita al segundo de que el semáforo se haya puesto en verde
La sensación de no saber estacionarte si no bajas el volumen de la música o la radio
Cuando suena tu canción favorita en la radio y vas tú solo
Cuando suena tu canción favorita y vas con tus amigos
Preguntarle a alguien las indicaciones para una dirección y no entenderle
Que tu padre te diga “cuidado” por todo cuando va de copiloto
Empañar los cristales del coche a lo Titanic con alguien
Colocarte bien en el asiento, conducir excesivamente lento y poner cara de bueno cuando ves un auto de policía cerca
Considerarte el mejor copiloto del mundo aunque acabes durmiéndote
El miedo que recorre tu cuerpo cuando ves un control de policía sabiendo que te pueden para aunque no tengas nada que ocultar
La sensación de que te toquen todos los semáforos en verde cuando tienes prisa