La vida universitaria es tal vez una de las mejores etapas que tendrás en toda tu vida. Pero lamentablemente hay un final y durante ese triste desenlace vienen una serie de pensamientos que a todos nos llegan en lo más profundo del alma.

7 ¿Qué voy a hacer el año que viene?

A todos nos pasó por la cabeza qué haríamos o donde estaríamos el próximo año. Y de hecho, lo más seguro es que esto siga en tu cabeza.

No es un misterio que pasarán años hasta encontrar ese trabajo ideal con el que llevas soñando esos largos cuatro años de universidad.

6 ¿Qué habrá sido de ese?

De ese, de aquel y del otro. Admitámoslo, en primero todo es buena onda, había pedotas en grupo y te conocías la vida de casi toda tu clase. Incluso tenías acceso a los apuntes de ese que siempre iba a clase (¿qué será de él?). Al final con algo de suerte tenías acceso al nombre del profesor gracias a aquel que siempre sacaba 10.

5 ¿Y el viaje de fin de curso?

Otro dilema, mientras que unos querían ir a lugares paradisíacos perdidos, otros querían terminar en una casa en Cuernavaca. Y claro, no contaban con el problema de organizarse con el maldito dinero.

4 No tengo trabajo

Te esperaste al último año para hacer prácticas  y ni las empresas en las que se trabaja gratis querían saber mucho de ti. Aunque, con persistencia, conseguiste acabar como chico de los cafés o de las fotocopias hasta que te dejaron tocar los programas de la computadora a ti solo.

3 ¿Por qué he elegido esta carrera?

Ya te lo decían tus padres. Que siguieras con el plan familiar y fuera un doctor más en la familia. Pero no, quisiste estudiar Comunicación y te planteaste cada día de tu existencia por qué carajo lo hiciste.

2 Me estoy haciendo viejo

Ya no salías como antes. Los planes y las amistades cambiaron. Te preocupaba cómo es que ibas a seguir con vida durante el resto de tu vida siendo un egresado de Diseño Gráfico. Sediento/a de fiesta nocturna pero con nada de dinero y fuerzas para hacerlo. Al tren del amor no le quedaba mucho para salir y comenzar su ruta hasta tu soltería eterna.

1 En serio, ¿qué mierda voy a hacer el año que viene?

Pensaste lo de tener un año sabático. Te autoconvenciste de que era la mejor opción en un mundo donde las empresas quieren a gente de 22 años de edad con unos 30 de experiencia. Sin embargo, todo era preocupación. Y de hecho, esta sigue presente en tu vida.