Es un hecho: cuando vas a una boda sin acompañante te acaba tocando sentarte en la mesa de los impares. Eso, en su versión textil, sería como ir al cajón en el que se acumulan todos los calcetines que han perdido su pareja tras el paso del tiempo.

Así que, una vez asumido esto, lo mejor es que pienses que es una oportunidad entrañable para hacer nuevos amigos y entablar una amena conversación. De ahí que debas asegurarte de que no tocas ningún tema escabroso durante la velada.

Con que toques estos temas, sobrevivirás a la experiencia.

Cómo conociste a los novios

Será tu carta de presentación y el punto en común (puede que el único) entre tú y tus compañeros de mesa. Tendrías que empezar con algo como: “Hola, me llamo Carmen y soy amiga de la novia”. Si el resto de tu discurso va a ser algo parecido a “nos conocimos una noche de fiesta porque ella se besó con un amigo mío, aunque él no es con el que ha terminado casándose”, mejor cierra la boca y deja que hablen los demás.

El tiempo

Tal cual, como si hubieras coincidido con ellos en el ascensor. Si hace un sol espléndido, di el típico “qué suerte han tenido los novios con el magnífico día que está haciendo”.

Tu trabajo

Así hablarás de algo de lo que sabes de verdad. Recuerda no meterte con nadie, a ver si alguien va a conocer a otro de tu empresa…

Mascotas

Perros, gatos, tortugas, conejos… ¿A quién no le gusta una buena charla de animales? Aunque no tengas, siempre puedes comentar que te haría mucha ilusión tener un amigo peludo.

Películas y series

Y que sea de las comerciales. Lo de comerciales es porque el cine iraní, paquistaní y todo el que acabe en -ní es considerado aburrido a nivel mundial (así que imagínate a nivel local). Lo sentimos cinéfilos, es así.