Los hombres, por naturaleza, solemos ser seres muy simples. Excesivamente simples. De hecho, una pelota de fútbol puede alegrarnos la semana entera. Y la felicidad puede alargarse de forma indefinida si en la ecuación añadimos otros factores como el sexo, la cerveza y una buena fiesta. Sin embargo, las mujeres son, por lo general, un tanto más… complicadas.
7 “¡Qué guapa estás hoy!”
Lo único que puede desencadenar este cumplido es un: “¿Qué quieres decir con eso? ¿Que el resto de días no lo estoy?”.
6 “¿Te vas a poner eso?”
No tomes jamás la iniciativa. Ni “qué guapa estás hoy” ni “¿qué te has puesto?”. Simplemente, limítate a decir que “sí” cuando te pregunte si te gusta el vestido.
5 “Estás exagerando”
La típica imagen de un documental de National Geographic en la que un cráter entra en erupción es lo que has provocado.
4 “Relájate, tranquila, cálmate”
Cada palabra de estas es un chorro de gasolina. Y ella es una llama personificada. Lo de Troya fue una chispa a su lado.
3 “Mejor hablamos cuando estés de humor”
Se están rifando golpes furiosos y tienes todos los números sorteados.
2 “Pues yo con mi ex…”
ABC de las relaciones: nunca hablar de tu ex de tal forma que se pueda intuir que hay algo positivo en la frase que vas a soltar.
1 “¿Te vas a comer todo eso?”.
“¿Qué pasa, que me ves gorda o qué?”. Lo arruinaste todo.