Alguien en nuestro selecto grupo de amistades decidió estudiar gastronomía y la vida no puede ser más divertida y molesta al mismo tiempo.
7 Su exigencia por que los tomemos en serio
Estudian gastronomía y todavía se atreven a exigir que los tomemos en serio. Que su carrera es de verdad y otras tantas mentiras absurdas.
6 Sus críticas que a nadie interesan
Chale, son unos simples tacos. No es momento de saber si la salsa se pasó de aquello o le faltó esto otro.
5 Sus pocas ganas de hacernos de comer
Estudian gastronomía, ¿por qué se niegan a hacernos de comer? Las reecetas de Tasty ni les salen.
4 Los experimentos fallidos
No, no estamos para ser sus conejillos de indias. Uno no tiene la culpa de que estudien eso.
3 El precio excesivo de sus cupcakes (o cualquier cosa que vendan)
¡$30.00 mxn o más por un panquecito! Sí, estará hecho con leche de almendra, sin gluten y cuanta cosa quieran, pero la Tía Rosa me da dos y por la mitad de lo que cuestan los suyos.
2 Esas tristes porciones
Ya, nos dieron de comer o alguna prueba de sus creaciones. ¡Pero una miseria! Esas porciones que no son ni un puño, no agradan a nadie.
1 Sus absurdas preocupaciones
Que tienen examen y no han estudiado. Que no encuentran determinado condimento. Que no quedó como debía ser. ¿Reprobaste “Pozole II”? JAJAJA.