Santa Clarita Diet es la una de las series que Netflix estrenó en 2017 y es una entrega entretenida no sólo por su exuberante e inusual trama, si no también por el elenco, el cual resalta a la casi resucitada, en cuanto a actores nos referimos: Drew Barrymore.

¿Por qué es que Santa Clarita Diet nos encanta?

Mezcla humor negro y drama

La serie es un drama que reúne a una sencilla familia de Santa Clarita, California, un lugar donde no hay mucho qué hacer… literal, que se enfrenta al problema de Sheila Hammond (Barrymore), una agente de bienes raíces que muere. Sí, muere sin morir… ¿qué tan confuso es eso? ¿Es una zombie? ¿Es una caníbal? Lo que sea, está hambrienta por comer carne humana y fresca; no se conforma con un simple cadáver de la morgue.

Su familia se ve inmiscuida en ayudarla y convertirse en cómplice para que ella quede satisfecha de carne humana. Todo lo anterior se ve vinculado con humor negro que en vez de hacerte preocupar, te va a hacer reír.

Drew Barrymore

A mi gusto Drew Barrymore nunca ha sido una actriz que resalte por eso: sus actuaciones. De hecho al actuar no deja de ser ella; como que siempre parece que le gana la risa al hacer su trabajo. Quizá en otras producciones eso no estaría bien, pero en Santa Clarita Diet, queda a la perfección. Su personaje es hilarante, relajado y cómico… ah, sí, y al mismo tiempo caníbal.

Si eres fan de Desperate Housewives…

Aunque esta serie poco tiene que ver en trama con Desperate Housewives, tiene todo el adorno de esa mítica serie. La ambientación, el humor vago y como ya dije, negro, aunado a la música, recuerda mucho a aquella serie de esposas desesperadas.

Fan de los zombies

Esta serie poco se puede relacionar con The Walking Dead. Quizá con la sangre y ya… bueno, y con eso de comer restos humanos pero no es lo mismo. Aunque si te quieres experimentar una serie dramática con tintes de The Walking Dead, vas.

¿O prefieres los caníbales?

Sí, ¿eres fan de películas donde los humanos se comen entre sí? Entonces esta también es tu serie. No verás cuerpos vivientes deambulando por las calles en busca de cerebros, si no al revés, a Sheila en busca de alguien que se deje asesinar o quién sabe, simplemente comerse en vida.