Si eres una persona mala onda y nada agradecida, puedes tener por seguro que tu salud no mejorara; de hecho tu cerebro seguirá igual de aburrido. Pero si eres todo lo contrario, prepárate, viene algo bueno.

Si bien ser agradecido con lo que tienes o con lo que has logrado y te ha pasado en la vida, te consigue ser optimista por un buen tiempo, estudios confirman que la gratitud y la buena onda aumentan la fuerza de voluntad, te mantiene calmado e incluso puede disminuir tu estrés. Así lo estableció un estudio.

Investigadores de la Universidad de Indiana reclutaron a 43 personas que padecen ansiedad y depresión. A la mitad de ellos se les asignó escribir letras de agradecimiento a personas de su vida. Meses después, específicamente tres, pasaron por un test de “gratitud” en el que les decían que un benefactor les otorgaba una cantidad considerable de dinero para que ellos donaran una porción como expresión de su gratitud. Quienes sí lo hicieron mostraron en los resultados un patrón de actividad en su cerebro y se sintieron más agradecidos no sólo durante un par de semanas si no también un par de meses después. Eso fue considerado por los investigadores como algo “particularmente notable”.

“Entre mayor práctica le des a tu cerebro en cuanto a sentir y expresa gratitud, más se adapta tu estado mental — incluso puedes pensar que tu cerebro puede tener una especie de ´músculo´de gratitud que puede ser ejercitado y fortalecido… entre más te esfuerces por ser agradecido, más tendrás la voluntad de sentirlo en un futuro”, dijo uno de los científicos que participó en el estudio.

Entre más agradecido y buena seas, tu salud mejorará. Ya tienes una razón para mejorar en tu día a día.