Parece difícil, pero no imposible. El ahorrar para realizar finalmente ese anhelado viaje solitario al que le tienes ganas, es una posibilidad poniendo atención a ciertos detalles cada que el dinero pasa por nuestras manos.

Hazlo específico

No pienses únicamente en que deseas ahorrar para viajar. Ponle destino, fechas, lugares por visitar y posibilidades de vuelo. Intenta hacerlo todo de la forma más específica posible, únicamente con la finalidad de que esa meta sea mucho más concreta.

Define un presupuesto

Basado en todas el destino específico, puedes iniciar un presupuesto de acuerdo a todos los gastos que ese viaje involucra. El cuarto de hotel, alimentos, vuelos, museos, atracciones y hasta algún seguro. Procura delimitar todo lo más que se pueda, según un plan de viaje que debes organizar aunque el viaje aún esté lejano.

Facilita el ahorro

No pienses en ello como un gasto, piensa en la emoción que sientes cada que ese viaje pasa por tu cabeza.

Establece una cantidad fija a ahorrar por día, mes o semana. Pégate a tus reglas y lleva un correcto orden, al final quien pierde en caso de haber fallado al plan; eres tú. Dinero que no tocas, dinero que no pierdes.

No pagues con cambio

Te sorprenderías de lo mucho que llegas a ahorrar si todas esas monedas a las que les damos poco valor, les damos un espacio en los ahorros. Limítate a pagar con billetes o tarjetas y guarda la mayor cantidad de ese cambio.

Cuéntale al mundo

No tengas miedo de decirle a los demás tus planes. Al contrario, cuéntales y crea una motivación para lograr ese ansiado viaje. A nadie le gusta quedar como hablar… ¿o sí?

Aleja tus manos

Está comprobado. Si entramos a una tienda y tocamos algo, un espíritu de propiedad se adueña de nosotros y nos hace querer caer en tentación. Así que aléjate de toda potencial compra que debilite tus ahorros y piensa en que la recompensa llega después.