El éxito comercial del aguacate se traduce en millones de dólares para México, pero también es un costo muy alto para las reservas forestales del país.
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En 2017 se generaron en México más de 2,710 millones de dólares tras una histórica producción de 2,000 millones de toneladas de aguacates.
En la última década las importaciones mundiales de la fruta aumentaron un 171.97%, y con ello la exportación mexicana. Tan solo el año pasado, la demanda de aguacate en Holanda tuvo un aumento del 284%; Japón y Canadá, los principales mercados después de Estados Unidos, también mostraron un aumento significativo.
Sin embargo, la naturaleza es quien paga el precio más alto por tal rotundo éxito comercial. Según informes de la Profepa, en los últimos once años se han detectado al menos 1,217 sembradíos ilegales que han devorado más de 88,000 hectáreas de bosques a nivel nacional.
Datos del gubernamental Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) estiman que cada año se pierdan entre 600 y 1,000 hectáreas de bosque por incendios forestales y cultivo ilegal. Las zonas de pinos, encino y selvas medias son las áreas más afectadas.
Aunque existen 60 países en el mundo que producen aguacate, México es el único que puede cosechar durante las 52 semanas del año. Se espera que este año se exporten 1, 200, 000 a 45 países.
