Para ser más exactos, lo que nos hace tener una mejor vida, con decisión y calidad, es tener una personalidad abierta a las experiencias. Estar dispuesto a todo, no cerrarse ninguna puerta, es beneficioso para nuestra evolución.

Así lo han tratado diferentes estudios a lo largo de los años y así se ha recogido en el Journal of Research in Personality, donde se menciona el impacto de una conducta positiva en diferentes ámbitos del ser humano.

Más concretamente, y para ir dando muestras de los beneficios de los que hablamos, la personalidad abierta se relaciona con inteligencia cognitiva y neuronal. También está muy ligada a la lucha constante contra la demencia, que consigue reducir sus efectos dañinos en las personas.

Nos permite obtener una visión más positiva del mundo y del entorno en el que nos movemos, ofreciendo una concepción visual más exacta y reveladora. Se aprecia también una manera más segura de ver el mundo cuando uno cuenta con varias experiencias vividas a sus espaldas.

Tener predisposición a vivir situaciones nuevas brinda una mejor adaptación a cualquier situación que se precie y que nos toque afrontar en la vida.