Ser el único puntual del grupo de amigos; un riesgo y responsabilidad enorme y poco valorada. Algo que va más allá de soportar el “llego en cinco minutos” cada que se quedan de ver todos.
La confusión de llegar justo a la hora y no ver absolutamente a NADIE de los que se suponen que ya deberían estar.
Entonces no te queda otro remedio que sacar el celular y hacer como que escribes a alguien importante hasta que lleguen.
Lo anterior es simplemente algo horrible que trae también horribles consecuencias como gastar tus datos y tu pila. Además nadie te habla por Whatsapp. ¿Ves?
Nada, siguen sin aparecer. No queda más remedio que sentarse en alguna esquina a esperar y en un acto de valentía, decides llamar para ver dónde están y te contestan que se han quedado dormidos porque ayer se acostaron tarde. O peor aún, dicen aquello de “Ya estoy llegando”… Entonces te da por pensar si sus relojes irán bien, y llegas a la conclusión de que la única explicación posible es que funcionen así…
Y aunque diseñas un plan para vengarte, ya sabes cómo son y no puedes hacer nada más