No, si te tomas un día libre del trabajo no te sientas culpable, no hay razón… al contrario. Estás tan acostumbrado a vivir en una cultura adicta al trabajo que cualquier momento en que “no haces nada”, te sientes mal porque la sociedad te obligó y enseñó a siempre ser productivo. ¿Por?
No eres una computadora, necesitas descansar y recargar tu energía y, en serio, un fin de semana no es suficiente.