Te quejas de la vida y lo cruel que ha sido contigo, pero en realidad estás perfecto si estas cosas se hacen presentes en tu vida.
Estás sano
Te has despertado, has abierto los ojos y has visto tu habitación. Has escuchado a tu pareja o al locutor de turno en la radio dándote los buenos días. Te has puesto de pie y has comenzado un nuevo día. Siéntete afortunado por ello.
Tienes trabajo
¡Eso sí que es más de lo que pueden decir muchos! A lo mejor no es el trabajo de tus sueños pero, oye, todos los trabajos son honrados. Y todos te dan algo fundamental: independencia. Y la sensación de ser útil.
Te queda tiempo para hacer lo que te gusta
Darle al Play, leer un libro o ver una serie de televisión; si te queda un ratito al día para dedicártelo a ti mismo, aunque sea media horilla, ya puedes darte una palmadita. Estás disfrutando de la vida, que es lo único para lo que hemos venido al mundo.
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Tienes gente que te quiere
La madre que te adora. El hermano que te respeta. Los amigos que nunca fallan. Los compañeros que te admiran. O la pareja que te ama. Y lo más importante, te tienes a ti mismo, el amor más leal de todos los amores.
Ya has roto más de una relación
Sí, las separaciones son una patada, pero… ¿y lo que aprendes de ellas? Cada nueva relación es un paso más hacia saber lo que buscas en tu pareja, un cara a cara con tus defectos y todo un libro de bonitos recuerdos.
Persigues un sueño
Soñar no es ingenuo, sino humano. Las personas que no tienen sueños no viven, sino que dejan pasar la vida. Los sueños nos mantienen vivos, nos llenan de ilusión y nos empujan a superarnos.
Sigues vivo
Respira hondo. ¡Estás vivo, carajo! Y mientras haya vida hay esperanza. Algún día estarás bajo tierra pero hasta entonces no habrá nada que no puedas hacer. Deja de existir, empieza a vivir.