Burger King utilizó un experimento social para tratar de crear conciencia sobre la evidente disparidad que existe.
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42% de los productos utilizados por las mujeres son más caros que los usados por los hombres. Burger King quiere crear conciencia sobre el “impuesto rosa”, el dinero extra que se les cobra a las mujeres por productos como ropa, artículos de higiene, toallas sanitarias y tampones.
En un comercial, la compañía anuncia papas fritas de pollo. El nuevo producto cuesta para los hombres 1.62 dólares, mientas que para las mujeres, con un empaque rosa y decorado con una gallina maquillada, 3.09.
Las clientas no están dispuestas a pagar más que los hombres por el mismo producto. Al cuestionarles los empleados del restaurante de comida rápida a los comensales si reaccionan de la misma manera cuando atraviesan por situaciones similares en otros lugares, como en la farmacia, su respuesta fue negativa. “En Burger King creemos que todo debe ser igual”, finaliza el comercial feminista.
No es la primera vez que Burger King trata de crear conciencia sobre el temas similares. A principios de este año, publicó un video corto para apoyar la neutralidad de la red a través de un experimento con sus clientes. En el que la cadena de alimentos cobraba 26 dólares por un Whopper que llegaría a los clientes de inmediato, a diferencia de una hamburguesa de 4.95 dólares que demoraría 20 minutos.
