En la vida laboral se dan muchos casos en que el jefe o jefa no siempre es líder. Lamentablemente así es, y es que al no tener esa virtud del liderazgo muchos negocios se van a pique. Esta cualidad que no cualquiera posee o aprende le puede dar muchos beneficios a sí mismo y a su equipo de trabajo. Si estás en esa posición de ser la cabeza de un equipo o eres parte del equipo, estas cuatro señales te ayudarán a detectar lo que necesitas o esa persona que se dice llamar tu “jefe”, requiere.

Humildad

Humildad por encima de arrogancia. Los mejores líderes, y está comprobado, que la gente más humilde logra grandes cosas sin ser pedantes y arrogantes. Su ego puede deteriorar todo.

Quienes apartan esa su ego de sí mismos y lo encaminan a una gran meta que sea en equipo, logran la grandeza.

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Paciencia

Un líder que practica la paciencia entonces va a ser difícil que se enoje; en cambio si eres paciente entonces te convertirás en alguien carismático y con presencia.

De no ser paciente, vas a manifestar tu ira en momentos importantes como puede ser una junta o simple conversación con tus empleados. Ellos son fáciles de provocar, no tienen perspectiva y dan las peores conclusiones.

El autocontrol es importante.

Integridad

Siempre elige integridad por encima de todo

La integridad es parte necesaria de tu liderazgo. Esta te dará confianza y la gente confiará en ti. No te vas a cuestionar si hiciste bien o no, vas a poder darte a respetar, ser sincero e influenciar a otras personas pues estas te van a escuchar.

Conocimiento

Los buenos líderes y también inteligentes, buscan el conocimiento en otras personas. Ellos van aceptar no saberlo “todo”. Hay un dicho importante que dice, “Si eres la persona más inteligente del lugar entonces estás en el lugar equivocado”.

Los líderes buscar ir absorbiendo conocimiento de jóvenes y viejos.