Cualquier trabajo no es una tarea fácil, todo lo contrario. Y en un empleo la toma de decisiones se da a diario, así que tienes que pensar y meditarlo, pero a veces lo tienes que hacer rápido. Sí, qué intensidad pero así es esto y por eso tenemos que estar preparados.
Lo peor de todo es nuestras inseguridades pueden salir a flote en este tipo de situaciones, lo cual puede hacer que nos malviajemos. Pero la onda es no pasarla mal en la chamba, así que para evitar eso hay que saber tomar decisiones; esto te puede ayudar.
No seas muy decisivo
Sí, suena raro pero así es. Tienes que estar convencido de tu decisión pero muchos de los errores de un líder en su toma de decisiones es estar confiado. Ser así puede ayudar en la vida pero cuanto estás en una encrucijada laboral de mucha importancia, la deliberación es más importante que la decisión con exceso de confianza.
Aún si tienes un enorme presentimiento, tómate tu tiempo para decidir. Pensarlo, ver otras opciones y pensar en decidir con tranquilidad es de mucha ayuda.
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Incluye otras perspectivas
Diversos estudios apoyan la moción de que los grupos toman más y mejores decisiones. Esto quiere decir que tú tal vez tengas una perspectiva para decidir pero una o varias personas más pueden ayudarte a darte otro punto de vista y ángulo. Eso influirá para tomar la mejor decisión.
Dirige un “pre-mortem”
Antes de tomar una decisión trata de anticiparte y pensar en qué podría pasar si todo sale mal por tomar esa opción. El “pre-mortem” es un término que el psicólogo Gary Klein creó, y básicamente es si un paciente muere, ¿qué fue lo que pasó para que muriera? Esto aplicado al trabajo es si tu decisión resultó ser un desastre, ¿por qué fue?