Si respondes sí a más de dos señales, entonces me temo que eres bulleado en tu oficina. Ni cómo hacerle… ¿o vas a renunciar? ¡O a enfrentarlos!
Comes solo
Sabes que nadie te quiere cuando tienes que comer antes que todos en el comedor para que no te digan nada de tu comida o te molesten.
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O si estás en el comedor, ¡solo!, te da ansiedad cuando ves que todos empiezan a llegar. Prefieres apurarte para irte y pronto y no tener que lidiar con nadie.
Objeto de sapes
Si eres sapeado más de una vez por uno o dos compañeros de trabajo, aunque sea en tono de “broma”, lo siento. Eres no sólo la botana del lugar, sino el hazmerreír.
Te ignoran cuando opinas o hablas
Si te atreves a hablar durante la comida y eres ignorado cuando quieres aportar algún comentario a la conversación que están sosteniendo los demás, entonces no eres tomado en cuenta.
Tus compañeros no te pagan
Como obvio eres un ser buena onda y toda la cosa, te ofreces a traerles cosas de la tienda a tus compañeros de oficina. ¿Lo malo? Que cuando se las traes te aplican la de “aaay, no tengo. Te pago luego, ¿no?” Ese “luego” en realidad es “nunca”.
Te dejan ver mal
Cuando hiciste y terminaste un reporte para entregarlo ese mismo día, tu compañero, el último filtro antes de presentarlo a tu jefe, lo altera y le pone a propósito uno que otro error para que te regañen. Sip, eres un blanco fácil del bullying.
Lo peor es que lo disfrutan.
Te esconden tus cosas
Cuando te levantas de tu lugar de trabajo y te esconden tu celular, tu cartera, tu bolsa, tu ropa, tu mochila, tu teclado… Y más feo es cuando te dicen que no saben dónde están o se tardan años en dártelas.
Bromas pesadas de tu jefe
Tu jefe aprovecha su poder y te hace bromas pesadas frente a los demás, sabiendo que no le puedes decir nada o contraatacar con otra broma de mismo calibre porque, según tú, podría repercutir y poner en riesgo tu trabajo.