Existen dos tipos de personas en este mundo: las que siempre lavan su taza para café en la oficina y las que solo las enjuagan, y ser del primer tipo puede ser un error nada agradable.
Una investigación asegura que está bien no lavarla si tomas café negro o sólo la usas tú, pues la mayoría de los gérmenes provendrían de ti mismo, a diferencia de usar la esponja comunitaria de la oficina, que guarda bacterias de todos los que la usan.
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¿Quieres meter a tu boca las bacterias de Mario el de contabilidad? Sabemos que no, así que mejor darle una superficial limpiada a esa taza.