Hay cosas que irónicamente no le puedes contar a prácticamente a nadie, pero si te las guardas podrías explotar. Para eso existen los mejores amigos, esas personas a las que sabes que les puedes contar lo que sea, sin importar qué tan penoso o difícil sea, aunque no te comprendan te van a escuchar y guardarán tu secreto sano y salvo.