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Mitos urbanos del yoga: Todo lo que no sabes y no te atreves a preguntar

Mitos urbanos del yoga: Todo lo que no sabes y no te atreves a preguntar

Desde hace un par de años toooooooooooooodo el mundo “hace yoga”. Algunos porque “es muy hipster”, otros porque se sienten muy hippies; a 2 que 3 se los recomendó el doctor y otros cuantos porque quieren ver en vivo la famosa entrada de google images “yoga pants”. Pero ¿qué es cierto y qué no sobre lo que se dice y lo que se omite sobre esta disciplina milenaria?

No es una religión

Es cierto que hay gente más clavada que otra con toda esta onda, pero no es ninguna secta, grupo satánico ni nada por el estilo. No tienes que dejar de creer en nada de lo que crees si decides entrar a una o muchas clases. Puedes seguir yendo al miércoles de ceniza, cumplir con la cuaresma o seguir tus costumbres cualesquiera que sean.

No tienes que ser vegetariano

Esta decisión respecto a tu alimentación es muy personal. Los yoguis más clavados sí somos muy obsesivos con este tema y nuestra dieta sí es restringida. Pero si tú no quieres, aunque te vean feo, no tienes que vivir de frutas, semillas y verduras. En la India, que es como la meca del yoga, no comen vacas: son sagradas.

Sí, hombres, sí… hay mujeres guapas

No puedo contar la cantidad de veces que TODOS hemos hablado de si van niñas guapas a las clases. Sí, siempre hay por lo menos una de buen ver. La idea no es que seas un sociópata acosador que va a ver qué encuentra. Si entras a clases por eso, va a ser lo que menos te importe con el paso del tiempo. En el peor de los casos, te enamoras de alguna chica y también del yoga.

No tienes que ser más flexible que los del Cirque du Soleil

Medio mundo dice que no entra a yoga porque es muy tronco. No hay duda de que mejora tu flexibilidad pero no pasa nada si no eres como un contorsionista. No te preocupes si el de al lado está hecho de plastilina y tú eres de madera.

Poco a poco vas a notar la diferencia en tu cuerpo. No hay prisa, ¡no son carreritas!

Mejora notablemente tu salud en todos los aspectos

El marketing más exitoso (y verdadero) de esta práctica es que casi casi te haces inmortal. Te vuelves más fuerte, flexible, pacífico; se te quita el dolor de espalda, de cabeza, el estrés y los tics. Ayuda también en casos de diabetes, hipertensión, neurosis, hiperactividad y un sin fin de enfermedades con los respectivos cuidados del maestro. También es cierto que mejora notablemente tu vida sexual.

Los ejercicios de respiración oxigenan todo tu cuerpo, tu mente y tu corazón. 🙂

No fue, es, ni será un deporte

Aunque en todos los gimnasios haya clases de yoga, no es ningún tipo de aerobics ni pilates. La parte más conocida y popular del yoga es la física (las posturas) pero no se trata sólo de eso. No hay yoga sin meditación, y les prometo que cuando lo experimenten no va a ser de flojera. Esta disciplina trabaja también a niveles mentales que sirven en tu vida diaria y te ayudan a sentirte más relajado.

Los “campeonatos”, “copas” y “competencias” de yoga son pura mercadotecnia.

Sí bajas de peso

Aunque quitarte los kilitos de más no es el objetivo, sí ayuda si lo acompañas con una dieta sana. Existen diferentes tipos de yoga y algunos son más demandantes físicamente. El ashtanga, por ejemplo, podría ser una especie de “cardio”. El kundalini o sivananda son menos intensos. Encuentra cuál te gusta más y tú decide con cuánto vigor practicarlo.

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SA

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