¿Recuerdas esa terrible canción del grupo Aventura que dice: “no, no es amor. Lo que tú sientes se llama obsesión?” Pues aunque no te guste, podemos vernos envueltos en la misma situación. Confundimos con frecuencia los sentimientos y hay que estar prevenidos.
Si solo sientes mariposas en el estómago, no es amor
Las mariposas son tan solo un síntoma de ansiedad, es la respuesta de nuestro organismo a lo que considera una amenaza. Y aunque se siente bonito, no es garantía de que sea amor; en todo caso, se trata de un enamoramiento.
Si lo que más te gusta es lo guapo/a que está, no es amor
Que la química alborote tus hormonas no es amar; si así fuera, amaríamos a todos las modelos y galanes de cine y televisión. De modo que, ve despacio, porque encontrar el amor requiere tener mucho tacto.
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Si sientes que tu vida no vale nada si no lo tienes a tu lado, no es amor
Eso solo habla de que necesitas reforzar tu autoestima, pues si no eres capaz de apreciar tu valor propio, ¿cómo puedes darle valor a alguien más?
Si la forma en que reaccionas es solo para darle gusto, no es amor
Eso habla de dependencia, incluso si lo haces porque él/ella así lo quiere; entonces podríamos estar hablando incluso de violencia psicológica.
Si no te sientes plena cuando estás con él/ella, no es amor
No sentirnos plenos al lado de alguien es quizá la evidencia más clara de que no se trata de un sentimiento real, de que lo que crees sentir no es tan profundo como piensas y que debes seguir adelante, que vida solo hay una y el tiempo no regresa.
Si piensas que hombres y mujeres hay muchos, no es amor
Si estás con alguien, pero crees que como él/ella hay miles, es sencillo: no estás enamorada. Cuando alguien habita dentro de nuestro corazón eso lo hace único, tan simple y tan complicado como eso.
Si no eres tú cuando están juntos, no es amor
Si eres una persona a su lado y otra muy distinta a sus espaldas habla de que te estás engañando, de que esa persona no te conviene, porque la persona de tu vida debe ser alguien con quien no tengas miedo, ni vergüenza de dejarte llevar.
