Para empezar La Monja es una película que forma parte del imaginario de The Conjuring, o El Conjuro, como la titularon en Latinoamérica, es la quinta película de esta saga y fue estrenada el jueves 6 de septiembre, así que víctima del marketing salí corriendo a verla luego de como manejaron la publicidad y la verdad salí muy triste del cine.

Para empezar la película tiene de protagonista a Demián Bichir, quien hace de Padre enviado por el Vaticano para investigar el caso del suicidio de una Monja que puede impactar con la imagen de la iglesia. La fotografía no es espectacular, pero va bien, al momento todo fluye.

Pero al llegar el personaje de Bichir a Rumanía para investigar el suicidio todo se comienza a desmoronar, chistes sin sentido, se va tejiendo la historia que da origen al demonio en forma de monja de El Conjuro, pero así como inicia el segundo acto de la película se acaban las esperanzas de ver una buena película de terror, ya que todo se vuelve una película del cliché del cliché del género, y la historia se cae sin haber llegado siquiera a la mitad de la película, todo se enfoca en sustos de ruidos altos sorpresivos sincronizados con movimientos que uno se espera, algo muy predictible si has invertido horas nalga a este género cinematográfico.

El demonio a fin de cuentas termina triunfando y logra escapar para dar continuidad a los sucesos que ya vimos en El Conjuro. Puede ser una buena película si tienes 15 años, vas en la secundaria y quieres abrazar a tu novia y salir siendo el valiente, pero si has leído a Lovecraft y has dedicado maratones a ver películas de todo el mundo que cuenten sucesos paranormales, vas a decepcionarte.

Lo sentimos, pero al momento esta puede ser la peor de la saga y eso que Annabelle 2 fue pésima. Eso sí puede resultar para un domingo de cruda para ver en Netflix porque te ahorraste la ida al cine.