Podemos dormir mucho o hacerlo poco, pero la pregunta siempre es la misma. ¿Dónde está el término medio? ¿Son las ocho horas de las que hablan el verdadero tiempo que tenemos que pasar durmiendo? ¿Más? ¿Menos? Salgamos de dudas.

Lo primero que hay que decir es que no existe un número de horas exacto y genérico del que hablar. Todo depende de la persona y sus necesidades, y en adultos suele comprenderse entre las siete y nueve horas diarias y seguidas.

El ciclo ideal de sueño es muy personal, por lo que puede ser cambiante en función de los llamados condicionantes. Por ejemplo, la entrada en juego de la siesta hace que ese ciclo se rompa y haya que buscar otro hilo conductor.

En el caso de la siesta, hay que reestructurar las horas de sueño, siempre manteniendo las siete o nueve horas seguidas y dejar para la siesta sólo 20 minutos aislados fuera de esa franja.

Esta marca de sueño, 7-9 horas diarias, se marca para alertar de los peligros que conlleva dormir menos horas de las recomendadas, esto es, cinco horas.

Aun así los médicos aseguran que no es tan importante la cantidad de horas de sueño como la calidad del mismo. A veces es mejor dormir poco pero con profundidad que muchas horas y no descansar.

http://gph.is/2eFTD05