La neta regalar un libro es super chido, y ahora en estos tiempos de encierro más que nunca, así que pote al tiro para que le des en el clavo.
Gabriela Jauregui – Tsunami 2.
«Nuestra arma es la voz», dijo Marichuy en la toma reciente del INPI y ya había mencionado Gloria Anzaldúa que la responsabilidad es nuestra habilidad de responder: con la boca, la voz, y en las puntas de los dedos cargamos y enunciamos esa responsabilidad. Las voces aquí reunidas cuestionan el amor tradicional entre una hija y su madre, las relaciones posibles y el deseo en una comunidad zapoteca; reflexionan sobre las historias que nos han contado sobre la identidad, sobre los cuerpos normados, las periferias, las disidencias; se preguntan por las luchas de izquierda que hacen jerarquías entre los cuerpos, por la «sororidad» entre unas a costa de otras; cuestionan nuestra participación en el juego de la estupidez desde la valentía adolescente; se duelen por el extractivismo que penetra nuestros cuerpos-territorios; ponen en entredicho las teorías racistas, clasistas y discriminatorias de ciertas manifestaciones radicales del feminismo, e imaginan las posibilidades de un futuro alegre después del hartazgo y el dolor, desde las perlas-cicatriz o los monumentos vueltos archivos íntimos, y las voces que la historia quiso borrar hablan fuerte y claro. Escriben para un nosotras que se vuelve un bosque de mujeres —metáfora potente de la diferencia y la equidad—. Porque si el feminismo y las luchas de las mujeres no son de todas y para la emancipación de todas entonces no son para ninguna. Conoce más de Tsunami 2 con un adelanto aquí. |
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Carlos Velázquez – Mantén la música maldita. Joselo Rangel de Café Tacvba, nos dice: «Leer las crónicas musicales de Carlos Velázquez es como ponerte una borrachera memorable y explosiva, donde todo es pasión. Cada párrafo es un trago más para llegar al éxtasis alcohólico. Y lo mejor de todo: sus textos no dan cruda».
En este libro hay desde relatos iniciáticos en donde el autor evoca los tiempos en los que el sueldo entero que pergeñaba despachando en una tienda de discos se iba en mercancía que compraba (o sustraía) ahí mismo, hasta escenas gonzo, escatología aaa o tretas para conseguir boletos, drogas o licores que despertarían la envidia del Lobo de Wall Street. Mantén la música maldita no es un libro sobre música sino sobre la relación infecciosa que su autor tiene con ella. Las múltiples tracciones de las crónicas de Velázquez hacen del territorio de lectura un suelo inestable e impredecible. Por él desfilan como un trueno Nick Cave o el decadentismo post-posmoderno (Velázquez dixit) del Muertho de Tijuana, Iggy Pop o Soda Stereo, Marilyn Manson o Marky Ramone, por mencionar sólo a unos cuantos de los personajes que invariablemente arrastran al autor hacia la inmolación. El adelanto del libro está aquí. Ya disponible en tienda en línea. |