Como todos, mi vida en cuarentena es muy pero muy diferente a la que solía llevar antes del COVID-19. Por eso quiero compartirles cómo es mi día a día en este encierro macabro e insolente. Además es 4 de mayo, día mundial en que conmemoramos la saga más increíble de todos los tiempos (salvo algunas excepciones porque algunas de sus pelis, sobre todo las de Disney, han dejado mucho que desear)… ¡Star Wars!

Todo comienza así.

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Es de día y entonces suena el despertador pero sé que todavía tengo más tiempo para seguir durmiendo.

Despierto y me doy cuenta que no me tengo que apurar porque no hay que correr para llegar a una oficina.

Hago ejercicio… en casa.

Voy a la cocina para desayunar algo…

Luego tengo que llegar a esa horrible rutina de sentarme en mi comedor a… trabajar.

Afortunadamente alguien se acuerda de mí y me manda un Whatsapp con cualquier trivialidad.

La cual agradezco.

Pero luego llegan esos mails de bomberazo en que te piden lo imposible…

También me doy mis breaks para pararme de la silla, moverme un poco y reflexionar en si algún día volveremos a salir.

Ah, sí… también me pongo irritable con cualquier cosita.

Y cuando voy al refri por algo de comer así reacciono al ver que ya no me quedan más víveres para lo que queda de la cuarentena.

Termino de chambear y me doy un chance de poder ver algo en Netflix… pero me doy cuenta que ya vi todas sus series y películas.

Pero luego llega la hora de ver a Gatell y dice que el encierro va a seguir y seguir… y seguir.

Y luego de eso pienso que la vida no vale nada…

Después de varias juntas en Zoom y mil cosas que hice durante el día en mi casa y aunque no lo parezca, caigo rendido…

Y ya dormido sueño con que algún día volveremos a salir a la calle.

Y si llegaste hasta aquí… gracias. Que ojalá hayas tenido un gran día de Star Wars.