Años atrás había ciertas cosas que te podían hacer sentir miserable y pasar penas en muchos lugares, con tus amigos y en tu vida en general. Pero la vida te ha dado años de experiencia que te han hecho ver lo que realmente importa. Ahora ya no sufres por estas cosas, ahora hay asuntos más importantes por atender.

Sólo haber tenido una relación

Para muchos el haberse tardado en tener una relación o únicamente una, era motivo de pena y de tristeza. Se quería ocultar a como fuera lugar para no quedar como unos perdedores antes el círculo al que pertenecíamos. El cual por alguna razón, siempre estaba lleno de gente que cambiaba de pareja todo el tiempo.

Ahora ves las cosas de diferente. Aprendiste lo que necesitabas de esa experiencia y tuviste la oportunidad de conocer algo único que no da motivo alguno para sentirse culpable o tener pena por ello.

Te puedes llegar hasta sentir único y con sentimientos más reales que el resto.

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En casa eres la persona más fachosa del mundo

El estar arreglados todo el tiempo ha perdido fuerza con el paso de los años. Antes ponías atención en que nadie o que al menos una minoría, supiera que te gustaba andar en calzones por tu casa después de llegar de la escuela o del trabajo.

Ahora sólo quieres descansar y estar lo más cómodo que se pueda. Si eso lleva que estés en fachas y que el mundo te vea, no hay problema.

Que tuviste un error amoroso

Durante los primeros años en los que se tiene contacto con el amor “real”, es difícil reconocer que cometiste un error en tu pasado. Así haya sido que anduviste con la feita del salón en la secundaria o que te diste tus besos con “el pelos” en la prepa. Simplemente esas cosas dan pena y no deben ser expuestas.

Ahora todo eso es visto como anécdotas graciosas de la juventud y un recordatorio de lo que alguna vez fuiste. Sólo salen las risas y no pasa de ahí, ya no hay por lo que sentir pena.

No haber sido bueno en la escuela

De chavitos qué sufrimiento es el no haber sido los de mejores calificaciones, ya un poco más adelante igual se siente feo el no haber terminado la carrera con un promedio de excelencia; pero cuando ves tu vida en retrospectiva, agradeces el haber terminado.

A cierta edad te das cuenta que en muchos casos dio igual el haber sacado un 10 y el haber sacado un seis. Lo que importa es lo que harás en ese momento para tener una vida plena, no el haber reprobado Historia.

Convivir con tus padres

Aunque ya los habías dejado de lado, llega un momento en el que regresas y quieres volver a convivir con tus padres para disfrutar del mayor tiempo juntos.

Si realmente nunca te alejaste, no tienes pena en decirle al mundo que estuviste en casa con ellos disfrutando del tiempo que ahora mucha gente intenta reponer. Aunque antes hayan llamado perdedor o rechazado por quedarte en casa, ahora le encuentras sentido y aceptas que fue una sabia decisión.

Que seguiste una horrible moda

El oscuro pasado tarte o temprano a todos nos alcanza, y a una edad como los 30 lo mejor es aceptarlo.

Durante un buen rato defendiste que no seguiste algo por moda, que era tu ideal y tu estilo de vida, que habías nacido para eso y que nunca cambiarías.

Los tiempos cambiaron y un día dejaste los pantalones rotos, te cortaste el cabello, ya no le encontraste sentido a ese tatuaje y te arrepentiste de usar lentes de pasta sin necesidad y darle tanto dinero a una cafetería.

A esta edad aceptas tus errores y entiendes que lo mejor es reírse de ellos. Ya no te da pena aceptar que usaste colores exóticos y querías formar parte de las Spice Girls o de ‘N Sync.