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Situaciones en las que no podemos ser sinceros aunque queramos

Situaciones en las que no podemos ser sinceros aunque queramos

Si eres de los que piensan que existe la sinceridad al 100% hoy nos hemos propuesto que te des cuenta de que la sinceridad real no existe. En determinadas situaciones incómodas no podemos decir lo que realmente nos pasa por la cabeza y buscamos otras vías de escape verbales o, sí; mentimos. Si aún así no estás convencido de que seas más fan de las mentiras piadosas de lo que imaginas, te presentamos a continuación 7 situaciones en las que no puedes ser sincero.

Cuando alguien lleva algo entre los dientes

Típico momento en el que, por muy amigo que sea, ves que la otra persona lleva algo entre los dientes. Pero, ¿Cómo se lo dices? Al final decides pasar por alto el asunto y esperar a que por sí mismo se dé cuenta cuando llegue a casa. Aplicable a ese incómodo momento en el que alguien lleva algo en la nariz…

Cuando queda un último trozo en el plato y nadie se atreve a comérselo

Situación que seguro habrás vivido decenas de veces: estás con tus amigos en un evento social y dejan el último y solitario trozo en el plato, llamado comúnmente “el de la vergüenza” justamente por ese motivo. En ese momento alguien pregunta “¿Te vas a comer ese trozo? ¿Te importa que me lo coma yo?”. Sí, te importa; porque llevas esperando más de 15 minutos que nadie lo quiera para comértelo tú, pero no puedes decirle ahora que lo quieres así que acabas contestando algo así como “no, no te preocupes… comételo tú” mientras proyectas sin querer una mirada asesina hacia el atrevido que dejó el plato vacío.

Cuando te invitan a comer pero no te gusta la comida

¿Cómo dices que no te gusta el menú que han elaborado expresamente para agradarte? Ya puede darse en la primera comida con los futuros suegros, en casa de unos amigos o en todo tipo de eventos. Seguramente tu paladar sufrirá uno de sus peores momentos intentando saborear esa comida que detestas y tendrás que controlar tus gestos para evitar que se note. Todo sea por no desagradarles.

Cuando le huele el aliento

Todos hemos sufrido las consecuencias de esas personas que deciden juntarse demasiado para hablar sin saber que su aliento es capaz de tirarte de espaldas. El problema es que nadie tiene el valor de ayudar a esa persona a que descubra el problema, ni siquiera cuando son amigos cercanos con los que tenemos auténtica confianza. Tu técnica para esto es retroceder poco a poco intentando recuperar un espacio vital mayor al que estás acostumbrado y así no tener que sufrir las consecuencias de ese mal aliento.

¿Horas extras? No… no me importa

Mentira; siempre te fastidia que te sugieran horas extras por hacer un favor a un compañero o porque al jefe se le ocurrió. Te gustaría decir que no tienes ninguna gana ni necesidad de trabajar más para ellos, pero acabas afirmando que no tenías planes y que no te importa… Sin embargo, la sinceridad puede empezar a salir de ti si este favor se repite constantemente… ¡Cuidado!

Cuando te presentan al novio/a de tu amiga/o y no te agradó

“Es muy guapo/a, simpático/a y agradable… y ¡parece que hacen buena pareja!” Ojo, si alguna amistad te dice esto a regañadientes y mostrando una excesiva sonrisa: no se puede ser sinceros con las parejas de nuestros amigos. Cualquier adjetivo neutro/negativo puede crear una enorme discusión con nuestra amiga/o totalmente innecesaria. Lo único que te queda con el paso del tiempo y cuando las cosas se ponen duras es decir esa gran frase de “Lo sabía, no era para ti”.

Cuando te regalan algo y no te gusta

A todos nos ha pasado alguna vez que nos ha costado no mostrar en nuestra cara que ese regalo que nos han hecho con tanta ilusión no cumple nuestras expectativas. Lo que haces es poner una voz algo más agudita de lo normal y decir que te encanta y que qué regalo más lindo y perfecto… Acto seguido buscas como loco el ticket del regalo para buscar algo que se asemeje más a tu gusto.

 

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SA