El canal 11 comenzó a transmitir en 1996 un programa llamado “Bizbirije” que nos dejó grandes memorias y recuerdos de la infancia.
Hubo varias generaciones y etapas dentro del programa, pero lo que siempre hubo era la posibilidad de ser reportero.
Todos queríamos ser parte del tren del mame, pero hubo algunos a los que nunca nos llegó nuestra credencial y aún vivimos con traumas.
7 Ser un rechazado social
Durante esos tiempos, todos nuestros conocidos enviaban sus datos para recibir sus credenciales. A algunos les llegaban muy rápido, otros la tenían un poco después pero a otros nunca nos llegó.
No podíamos ser parte de ese selectro grupo de reporteros que parecían divertirse de la mejor manera.Nos moríamos de envidia pero no había nada que pudieramos hacer, Bizbirije nos rechazó y debíamos vivir con el rechazo social que esto provocaba.
6 Vivir con el miedo de qué color te tocaría la credencial
Cuando ya habías envíado tus datos, no todo era felicidad y tranquilidad. Viviamos con un miedo horrible por saber de qué color sería nuestra tarjetita, ya que si era rosa y eramos hombres, el bullying caería sobre nosotros. Si se trataba de mujeres y les tocaba un azul o un rojo, no estaba cool porque el rosa y el morado eran los buenos.
Todos querían que les tocara de su color favorito, lo que provocaba tensiones y verdaderos problemas entre los chavitos de 10 años que veían el programa.
Tu credencial nunca llegaba y toda la tensión había servido de muy poco.
5 No salir bien en las fotos
Mucho antes de esa horrible fotografía que tienes en tus identificaciones, los que queríamos ser reporteros de Bizbirije sabemos de eso.
En esa fotografía queríamos salir bien porque la íbamos a traer para todos lados y no podíamos hacer el ridículo.
Preocuparse por algo tan tonto desde pequeños para que nunca llegara la maldita credencial.
4 Desconfianza de los que nos rodean
Si el día de hoy somos desconfiados y no sabemos por qué, podemos encontrar la razón en el programa Bizbirije.
Confíamos en ellos y depositamos nuestras esperanzas para llegar a ser reporteros. Luego brutalmente ellos nunca nos envíaron la credencial que nos acreditaba.
Marcábamos a la supuesta oficina de D.I.S para hablar con Plutarco Haza y pedir una explicación pero nunca contestaban. El número 3-54-80-00 que ellos decían era de sus oficinas, era una completa mentira.
Ahora nos cuesta creer en las personas.
3 Preocupación por no ser lo suficientemente interesantes
Cuando ya eras reportero, tenías la posibilidad de que los de Bizbirije te encontraran lo suficientemente interesante como para llevar sus cámaras contigo y hacer todo un reportaje de tu vida.
Aún no envíabas tus datos y ya vivías con el miedo de no ser lo suficientemente interesante como para que vinieran. Queríamos salir en la televisión y ser mejores que nuestros amigos.
Ya cuando te resignabas de esperar tu credencial, te dabas cuenta que tanto sufrimiento sirvió de muy poco.
2 Ser introvertidos
Bizbirije era una plataforma en la televisión que le daba importancia y voz a la vida de los niños.
Podías compartir tu vida diaria, algo interesante o simplemente conocer a mucha gente gracias a ser reportero.
Pero a los que nunca nos llegó, no tuvimos esa gran oportunidad y nos hizo introvertidos. Teníamos algo que decir y nunca tuvimos la oportunidad de decirlo, acabando así con parte de nosotros.
1 Desilusión al ver el buzón
Si hoy ya no nos ilusionamos y perdimos la magia de las cosas, la explicación puede estar en ese horrible sentimiento al correr al buzón (que nunca era con forma bonita y clásica como la del programa) y darnos cuenta de que no llegaba la maldita credencial.
Si veíamos que llegaba el cartero, corríamos a recibir la correspondencia. Si debíamos ir a la escuela, dejabamos la órden a nuestra madre de poner principal atención en el correo que llegara.
Pero como nunca llegó, a muchos la ilusión se les terminó. Yo de manera personal, sigo en el mismo domicilio y despertando con la firme ilusión de que algún día llegue. A lo mejor el correo se desvió unos 16 años, es posible, ¿no?
