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Esto es todo lo que tiene que pasar para que te puedas comer unos esquites

Esto es todo lo que tiene que pasar para que te puedas comer unos esquites

Vivir en México, ser chilango y jamás haber probado unos esquites es como decir que no eres mexicano, así de sencillo. En Coyoacán te puedes encontrar con muchos carritos que los venden; o mejor todavía en casi cualquier parque y/o esquina de la ciudad te puedes comprar unos únicos y deliciosos esquites. De hecho en septiembre, mes patrio, estos van a volar porque todo compatriota aprovecha para comerlos.

Si estás aquí porque no tienes idea de lo que son los esquites, te ayudo. Estos son pequeños granos de maíz hervidos en agua y especias (epazote entre ellas) para que queden suavecitos y se sirvan en un (comúnmente) vaso de unicel con mayonesa, limón, queso y chile en polvo. Al menos así los preparan en la CDMX, ¿pero sabes cómo es que este alimento llega a un carrito para su venta? ¿Qué es lo que tiene que hacer un productor de esquites para que tú puedas calmar tu antojo y probar unos de estos?

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Jesús y su esposa, así como sus dos pequeños hijos, trabajan diariamente hace seis años en esto. Desde las seis de la tarde comienzan la vendimia en la esquina del centro comercial Reforma 222 y Nápoles en la Juárez.

¿Cómo los quieres? Hervidos o asados, la elección que pidas Jesús los tiene. Si son granos de elote los puedes preparar a tu gusto con las distintas salsas que él tiene. O bien asados con chile de árbol y epazote.

“Ha de ser por lo acidito”, dijo Jesús al medio Notimex, sobre por qué la gente gusta tanto de este platillo o botana. Son muchos los trabajadores de zona que al salir de su oficina pasan por unos esquites. ¿Tiene un secreto para su salsa?

“La salsa se prepara con cacahuate y ajonjolí”, comentó. Esta pequeña sustancia picante es uno de los motivos por los que la gente se forma y hace fila para comprarle esquites a Jesús de lunes a sábado.

Aunque parece que comienzan a vender tarde su producto, durante toda la mañana preparan 20 kilos de maíz para que en punto de las seis de la tarde ya estén listos. “Acabamos a las diez, aunque a veces acabamos antes porque se terminan”.

Así de grandiosos son los esquites, mismos que te llegan fácilmente aunque su preparación, traslado y remuneración sean difíciles.

[Vía Notimex, Digitall Post]

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SA

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