Los Danzantes es una de las marcas insignia del mezcal, con 23 años de historia y una amplia variedad de productos, conoce más de la marca.
En 1997 comienza oficialmente la historia de Danzantes, al comprar un un palenque en desuso en Santiago Matatlán, Oaxaca. Gustavo Muñiz luego de varios viajes a Oaxaca, descubrió que hablando con el mezcal dentro, se acomodaron las palabras e ideas que tenía guardadas de hace tiempo, y logró darle vida a esta marca. Arrancando en un entorno en el que el mercado aún no estaba listo para esta bebida, aún dominaba el tequila, y es por ello que se tuvo que adecuar la marca a prueba y error, gracias a este ejercicio es como llega la versión reposada de Danzantes, un producto que respondió a lo que el consumidor estaba acostumbrado a beber en su momento, pero siempre hecho de manera artesanal, como es hasta la fecha.
Dentro de Casa Xipe, un grupo de Chefs, y yo, nos reunimos con embajadores de la marca, y representantes de Danzantes, para conocer más de su origen y desarrollo a la par que probamos sus delicioso mezcales. Obvio todo con sus protocolos, pasando por filtros como la toma de temperatura, el uso de productos desinfectantes, y más.
Comenzamos la cata con la insignia de la casa, su mezcal Joven, un espadín de color blanco, transparente, con 47 grados de alcohol, notas a hoja santa y encino blanco. Un mezcal que en comparación de muchos de sus equivalentes, no sabe tan ahumado a pino.
La segunda parada fue el Still Proof, un mezcal que pasa directo del alambique a bidones de vidrio, no hay madera de por medio, eso le da un toque de sabor más cercano a los mezcales salvajes, y justo esa es la intención de este elixir embotellado en una hermosa botella negra, la marca decidió hacer una opción que regrese al origen de los sabores del mezcal de pueblo, y mi favorito en este recorrido.
La tercera delicia que probamos fue el Reposado, un destilado de color paja, que pasa por barricas 70% francesas y 30% americanas, la diferencia entre estas está en que las primeras ofrecen más olor, y la segunda sabor. Un excelente mezcal para comenzar a degustar esta bebida.
Pasamos al Añejo, aunque de color paja también, este se caracteriza por tener menos acidez y ser más astringente, con 46 grados de alcohol, y un perfumado que me remitió a los más finos bourbons a los que me he enfrentado.
Finalmente, llegamos al favorito de la mayoría, el Pechuga, un mezcal sobresaliente a la vista por su color rojizo, obtenido gracias al uso de grana cochinilla, que no afecta el sabor, pero si le da este vivido tono. Nacido con el mismo proceso que el Espadin, pero en este caso pasado por tres destilaciones, siendo en la tercera que se agrega una gallina criolla completa al alambique, para que con los vapores de la bebida pueda impregnar este delicioso sabor, además dentro del mezcal en proceso se suman frutas, flores y especies de la estación, de esta variedad sólo se hacen dos lotes al año, haciéndolo una bebida festiva, y exclusiva de fechas especiales.
Esta noche tuvimos la fortuna de contar con Gustavo Muñiz en la velada, quien nos compartió unas palabras, y tuvo la oportunidad de brindar con nosotros. Para luego disfrutar de una serie de bocadillos inspirados en la cocina oaxaqueña.
Muchas gracias Danzantes por dejarme conocer más de su gran familia de productos, y su asombrosa historia, si te interesa conocer más de la marca visita su sitio.
